martes, 3 de julio de 2007

TLACHLI

La actividad deportiva prehistórica más estudiada y controvertida es el juego de pelota, denominado tlachli por los “aztecas” y pok-ta-pok por los “mayas”. Los investigadores han encontrado muchos campos de juego, representaciones pictóricas, utensilios, mecanismos del juego y gran número de referencias históricas y etnológicas. Este juego que hunde sus raíces en la prehistoria, presenta, en los estudios antropológicos un gran número de incógnitas que no han podido ser satisfactoriamente contestadas, como el origen y el lugar de aparición, el significado y el desarrollo del juego, normas, dimensiones económicas, sociales, políticas y religiosas del acontecimiento. Este juego de pelota, con algunas variantes se sigue jugando en México.


La construcción de las primeras canchas de juego se incrusta en la prehistoria de la civilización maya (200-300 d. C.). Estas canchas son rectangulares, con el suelo pavimentado y en forma de Y, lo que ha impulsado a determinados antropólogos a atribuir a los “mayas” la paternidad de este juego de pelota. Sin entrar en polémicas, lo cierto es que son los “mayas” los que construyeron mayor número de canchas de diferentes tamaños que oscilan entre 10 y 165 metros, como los de Copán, Palenke, Tikal, Uxmal, Kaminaljuyén y Chichen-Itza.




Las reglas del juego eran muy similares de unos lugares a otros y los principios básicos del reglamento se respetaban en todas partes: en el juego sólo compiten equipos con el mismo número de jugadores, entre 2 y 11, y se podía mantener o impulsar la pelota con cualquier parte del cuerpo, excepto con las manos y los pies. El gol consistía en introducir la pelota en la zona extrema y opuesta de la cancha y se declaraba vencedor al equipo que marcaba primero el número de goles pactados antes del juego. Se utilizaba una pelota de caucho que oscilaba entre 20-30 cm. de diámetro y entre los 2,270 y 3,630 kilogramos de peso.




El ritmo de juego era muy rápido y brutal y en la competición se manifestaba los elementos de la vida económica, social, política y ritual del grupo. Por eso los campos de juego se consagraban a las divinidades, el movimiento de la pelota significaba el desplazamiento de los cuerpos en el firmamento y el desarrollo del juego permitía al atleta comparar su poder con las fuerzas del cosmos, enfrentándose a su propio destino. Los jugadores desafiaban con una fuerza inusitada a los poderes cósmicos en un auténtico duelo de titanes, por lo que muchos de ellos no salían vivos de la cancha. Los espectadores, por su parte, se mantenían tensos y silenciosos y cruzaban apuestas entre ellos. Los encuentros más espectaculares eran los que disputaban los nobles, los príncipes y los sacerdotes. En los juegos del pueblo solían intervenir jugadores profesionales que atraían grandes multitudes por el aliciente de las apuestas. Los especialistas ya citados discuten sobre el por qué de la importancia, la popularidad y la longevidad de este juego de pelota. En mi
opinión pueden existir varias razones que lo expliquen:

1) El juego constituye una buena preparación física, psíquica y espiritual
para la vida.
2) El juego era una forma de guerra, y además de una preparación bélica.
3) El juego posee un profundo significado ritual.
4) El juego explica la situación del hombre en el cosmos.





Referencias

http://www.csi-csif.es/andalucia/modules/mod_sevilla/archivos/revistaense/n26/26080136.pdf
















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